¿Qué es una Epicondilitis o codo de tenista?
Epicondilitis, o también llamada codo del tenista, es la inflamación de los tendones epicondíleos. Esta inflamación genera dolor en la cara lateral del codo a la palpación y al realizar ciertos movimientos. En fisioterapia, tenemos técnicas y medios para el tratamiento deesta lesión.
La irritación en esa zona se ve asociado al sobreuso, sobreesfuerzo y tracción repetitiva de estos tendones extensores del carpo y de los dedos.
Y aunque también es conocida por afectar a los tenistas, no es una patología exclusiva de los jugadores de tenis, otros deportistas de disciplinas como pádel, béisbol, golf o halterofilia son frecuentemente afectados. Sin embargo, su incidencia en deportistas puede ser alta, eso no deja por fuera a otras poblaciones, aquellas que realizan movimientos repetitivos vinculados al origen de esta afección, tales como amas de casa, jardineros o personas que usan mucho el ordenador.
Incidencia y prevalencia de la Epicondilitis
Esta lesión de codo afecta a la población mundial en general, ya sean tanto deportistas como personas comunes, lo que indica que no es una lesión única en deportistas. Apareciendo con mayor frecuencia en personas entre los 35-50 años de edad.
Se podría considerar una enfermedad laboral: la epicondilitis que sufren los auxiliares de geriatría de residencias de ancianos es enfermedad profesional.
Síntomas y signos de la Epicondilitis
Se siente un dolor intenso en la parte lateral o externa del codo, que puede irradiarse desde el antebrazo hasta la mano y los dedos. El dolor puede desencadenarse o exacerbarse al tensar el músculo correspondiente afectado. Además, la mano y la muñeca afectada puede perder fuerza, esto puede llevar a la aparición de dolor en movimientos que se realizan en las actividades de la vida diaria, tales como:
- Estrechar fuertemente las manos.
- Cerrar botellas.
- Cerrar la mano fuerte.
- Abrir puertas (giro).
- Cargar o sostener objetos tanto de peso ligero o moderado como una taza de café o té.
A medida que evoluciona esta patología, el dolor lateral de codo puede presentarse en reposo, incluso durante la noche, adicionalmente se pueden presentar parestesias u hormigueos en el antebrazo o la mano.
¿Cuál es la causa de la Epicondilitis?
La epicondilitis se ve asociado a movimientos de manos específicos y repetitivos, aquellos que requieren el uso de la musculatura extensora de la muñeca, en esta zona la circulación sanguínea y el metabolismo están severamente disminuidos en el tejido tendinoso.
Estos tipos de movimientos ocurren frecuentemente en deportes de raqueta por una técnica incorrecta (como el tenis y el pádel), así como oficios (como jardineros), al tocar instrumentos musicales (como el violín) o trabajos de oficina (como secretarias) que requieran el uso constante de ordenadores y dispositivos electrónicos, estas situaciones pueden tensar e irritar permanentemente los tendones.
Esto ocurre debido a un desbalance muscular, originado porque en algún momento los movimientos repetitivos aumentan la fuerza con la que el músculo tira del tendón, lo que genera desgarros microscópicos acompañado de un proceso degenerativo en el origen tendinoso, que el cuerpo no puede reparar lo suficiente rápido para la siguiente tracción del músculo.
Esta situación es reforzada por el pobre suministro de sangre (hipovascularidad) en la base tendinosa.
Adicionalmente, desde nuestra visión desde un modelo de dolor biopsicosocial, afirmamos que dicha lesión puede estar influida por conflictos emocionales y situaciones de estrés que hagan disminuir las capacidades de nuestro tendón y nuestro organismo para adaptarse, así como efecto secundario a una incorrecta alimentación. Por lo que podemos decir que la epicondilitis puede verse influida también producto de una alteración no solo en el tejido, sino en los diferentes aspectos que puedan afectar al paciente tanto a nivel de su biología en cuanto a lo social de su entorno, ya que el dolor es una sensación única y compleja.
Prevención de la Epicondilitis
Esta afección es prevenible en la mayoría de los casos, hay varias cosas que puede hacer para evitar una sobrecarga que origine esta lesión de codo. Por ejemplo:
- Fortalezca los músculos de los brazos, específicamente los del antebrazo mediante un entrenamiento regular.
- Tome un descanso del movimiento monótono asociado a esta lesión, ya sea en el trabajo o durante el entrenamiento o actividad deportiva.
- Si practica actividades deportivas preste atención a la técnica y gesto deportivo que está realizando y corríjala para evitar sobre tensionar la zona del epicóndilo.
- Si está empezando a sentir molestias en la región lateral del codo le recomendamos que realice automasajes para descargar los músculos tensionados (si va a más acudir a un profesional).
¿Cómo se diagnostica la Epicondilitis?
Efectuando un examen físico en donde palpa los puntos dolorosos y evalúa la zona afectada, en el examen, la epicondilitis se expresa a través de un dolor intenso en la parte externa del codo. Las pruebas mas utilizadas para confirmar el diagnostico son:
- Prueba de Cozen.
- Chair Test o test de la silla
- Prueba de Thomson.
- Prueba de Mill.
- Test de Maudsley.
También se utilizan si fueran necesarios estudios de imagen como pueden ser la resonancia magnética o ecografía.
Un estudio mediante electromiografía (EMG) puede resultar útil en algunos pacientes para la elaboración del abordaje terapéutico, ya que con esto podemos ver la actividad muscular del antebrazo y el estado de tensión muscular.
Tratamiento fisioterapéutico para la Epicondilitis
Los objetivos principales a cumplir son el control del dolor, reducción de la inflamación, mantenimiento y estimulación del movimiento, mejora de la fuerza de agarre y la resistencia, recuperación de las funciones anteriores a la lesión.
Para lograrlo, la fisioterapia cuenta con un amplio arsenal de técnicas y herramientas terapéuticas enfocadas en la analgesia de los síntomas y la solución de los factores causales.
Con la fisioterapia tenemos en cuenta todos los factores causales que alteran la salud del paciente e induce a esta lesión, no sólo los mecánicos, sino también los metabólicos y psicosociales. Teniendo en cuenta esto, las medidas más eficaces para el tratamiento son:
- Educación sobre el control del dolor y automanejo de este.
- Terapia manual y masaje terapéutico.
- Electroanalgesia o TENS.
- Terapia mediante ejercicios de fortalecimiento progresivo de extensores y supinadores.
- Electrolisis Percutánea Intratisular.
- Terapia de ondas de choque.
- Punción seca a nivel muscular.
- Ejercicios de neurodinamia.
- Vendaje neuromuscular o Kinesiotaping.
- Diatermia o tecarterapia.
- Correcciones nutricionales.